Todo inversor tiene que hacer una serie de elecciones a la hora de depositar su dinero en unos productos u otros. No solo se trata de ver cuáles son los productos con más interés, con más presencia en los medios de comunicación o que estén más de moda. Se trata de llevar a cabo un análisis concienzudo de su perfil de riesgo, de las distintas opciones del mercado y escoger la que mejor se adapte a sus características.
Afortunadamente el abanico de opciones es muy amplio. Ya no estamos en esas épocas en las que un pequeño ahorrador solo tenía un porfolio de productos donde escoger, el que le ofreciese su entidad financiera. Ahora, gracias a las plataformas online como el caso de Hispamarkets, se puede invertir desde casa en bolsa, en opciones y futuros, en ETFs, criptomonedas, Forex…
Las opciones son casi infinitas.
Lo primero es definir el perfil de riesgo: ver si somos conservadores o propensos a asumir riesgo, para a partir de ahí actuar y escoger. Esta fase es clave para el devenir de nuestras inversiones en la medida en que nos permitirá vivir tranquilos o por el contrario nos tendrá constantemente preocupados.
¿Por qué? Un perfil que sea adverso al riesgo no puede tener su dinero en una cartera de productos que tengan una fuerte volatilidad, de igual manera que un propenso no podrá tener sus saldos apalancados.
A partir de ahí hay que escoger el plazo en el que invertimos. Es muy distinto hacerlo a corto plazo que hacerlo a largo, aunque en ambos casos las opciones son muy atractivas.
En el segundo de los casos, que trataremos de puntillas hoy, se tienen que buscar productos estables que sepamos que tienen crecimientos sostenidos. Un buen ejemplo pueden ser las letras del tesoro a cinco o diez años, o los pagarés de empresa, que también ofrecen rentabilidades atractivas.
¿Cómo invertir a corto?
Un perfil inversionista a corto busca tener una rotación importante de operaciones, y que la suma de todas le dé una rentabilidad cercana o superior a la esperada. En este sentido hay que tener claro que tan importante es saber entrar, como saber salir, y que hay momentos en que habrá que deshacer la posición aún a sabiendas de que se hace perdiendo dinero.
Lo importante en estos casos es pensar en la rentabilidad global y que a veces una retirada a tiempo es una victoria.
¿En qué productos merece la pena invertir? El que más facilidad de movimientos puede ofrecernos es, sin duda, la bolsa. Tanto la nacional como la internacional. Aunque hay que tener claro que necesitamos estar siempre actualizados en cuanto a la información para saber qué acciones son interesantes en cada momento. No olvidar que en cuanto tengamos constancia de un cambio de tendencia, hay que comprar o vender.
Además de la bolsa se puede valorar el entrar en opciones y futuros, tanto de materias primas como de metales preciosos, como el mercado de divisas: Forex, comprando pares atractivos, también puede dar muy buenas rentabilidades medias.
