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El pasado viernes 31 de enero tuvieron lugar en el Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) las Jornadas anuales Memorial Jacques Henry.
Este año el tema tratado fue de suma actualidad e importancia: la inteligencia artificial en el sector jurídico.
Ponente estrella fue Viviane Reding, ex-vicepresidenta de la Comisión Europea, y ex-comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía.

La ponencia despertó diversas reflexiones: en primer lugar el propio término de “inteligencia artificial” resulta engañoso… Las máquinas no aportan “inteligencia” sino información y predicciones en base a lo acontecido en el pasado con situaciones similares o análogas, pero la inteligencia es la capacidad de “inventar” y desarrollar una solución adaptada. Esta será acertada o errónea, porque el humano no es perfecto.

¿Podría la máquina, por si sola, dar una solución “perfecta”? ¿Una solución mecánica seria una solución perfecta? ¿Cuál sería la fiabilidad de tanta perfección?¿Dónde quedaría el avance, el progreso, la evolución?

Si tenemos en cuenta lo anterior, para valorar la ‘inteligencia’ artificial en su justa medida, es indudable que aporta una ayuda que pasará a ser imprescindible en un espacio de tiempo relativamente corto, si se pretende mantener una actividad competitiva en el mercado, de modo que, a quien no tenga algún otro valor añadido, le será muy difícil mantener el nivel exigible en el tiempo exigible.

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Pie de página: (de izquierda a derecha) Filippo Donati, Rosa Peña, Maria Dymitruk y Louis-Bernard Buchman.

El panel de comentaristas se ocupó de resaltar ventajas e inconvenientes.

Uno de los inconvenientes mas temidos es que se extienda la tendencia a que los jueces se acomoden a los resultados extraídos de las máquinas, que nunca darán una solución original o evolucionada.

Pero aporta un servicio de información más rápido e infinitamente mas completo que por los tradicionales sistemas manuales.

Cierto es que algunos sistemas, ya hoy asombrosamente potentes y evolucionados, son capaces de predecir, para un cierto caso sometido a la decisión de un determinado juez, cual seria la decisión que dicho juez tomaría. Esto ayuda a los abogados a orientar sus escritos y a predecir éxitos o fracasos en un maximo del 80%, porque no hay dos casos iguales y porque la inteligencia del juez será la que asi lo apreciará.

Y entendemos que, todavia y siempre, asumiendo los posibles errores humanos, es bueno que sea así.

Una última reflexión: ¿Sabemos hoy llegar a algún sitio nuevo leyendo un mapa, sin GoogleMaps? ¿Sabremos tomar decisiones en el futuro sin esos sistemas? ¿No seremos demasiado dependientes de los proveedores de esos sistemas, en algo tan importante como impartir justicia?

Fuente: BDabogados

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