Con el objetivo de proteger a los usuarios consumidores de videojuegos, especialmente menores y otros grupos vulnerables, y ante las alarmas provenientes de especialistas en consumo y salud mental, el pasado mes de julio se publicó el Anteproyecto de Ley por el que se regulan los mecanismos aleatorios de recompensa asociados a productos de software interactivo de ocio, también llamadas Loot boxes o cajas botín.
El Anteproyecto regula los paquetes de recompensas aleatorias que los jugadores pueden adquirir dentro de un videojuego tanto con dinero real como con dinero del propio juego; recompensas aleatorias, exclusivas y de distinto valor. Los anteriores factores, sumados a la probabilidad y azar de que una recompensa de mayor o menor valor aparezca en el interior de las Loot Boxes, aproximan a estos mecanismos en gran medida al modo de operar de los juegos de azar altamente regulados en nuestro país.
El ámbito de aplicación del Anteproyecto alcanza a Loot Boxes y comunicaciones comerciales ofertadas y dirigidas a residentes en España; por lo tanto, la norma tendrá un impacto directo en todas aquellas empresas que dirijan sus videojuegos al mercado español y hagan uso de Loot boxes.
Principales obligaciones derivadas del Anteproyecto
El nuevo marco regulatorio designa a la Dirección General de Ordenación del Juego como organismo competente para la imposición de unas sanciones que pueden alcanzar los tres millones de euros en el caso de cometerse infracciones muy graves (por ejemplo, permitir el acceso a menores, infringir las normas sobre comunicaciones comerciales o no incluir límites de gasto).
España a la cabeza de la regulación de las Loot boxes
España no es la única que pretende regular y limitar el acceso a los Loot Boxes. El Consejo de Consumidores Noruego ha publicado recientemente un informe en el que critica duramente su uso por parte de la industria de los videojuegos. A su vez, en los Países Bajos se presentó a finales de junio una Moción con el fin de regular las Loot Boxes, en la que se pide al gobierno la prohibición total de estas. Además, en ella se considera que los niños son «manipulados a través de micro transacciones» que, en sus palabras, «son adictivas y pueden derivar en grandes e inesperadas facturas para las familias».
A pesar de estos esfuerzos legislativos, en los últimos años hemos visto como se estancaban otras iniciativas en diversos países. Son ejemplos de ello el proyecto de ley del Estado de Missouri (EE.UU.), que pretendía «proteger a los niños de juegos manipuladores» en 2019, y el recientemente paralizado «White Paper» del gobierno del Reino Unido, tras ser esperado desde un informe de la Cámara de los Lores en julio de 2020.
Aunque todo parece indicar que el Anteproyecto se convertirá en la primera ley europea que regule las Loot Boxes, pasarán varios meses hasta la aprobación del texto, todavía no definitivo, que, de ser el caso, culminará con su entrada en vigor el 2 de enero de 2024. En cualquier caso, todo apunta a que los desarrolladores y demás empresas del sector de los videojuegos deberán seguir de cerca el avance y evolución de la regulación de este tipo de actividad, pues tanto en España como en el resto de los países europeos se esperan iniciativas legislativas no armonizadas por el derecho de la Unión y tendentes a limitar su uso.
Guillermo Ponce de León Ruiz