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Recientemente, el artista italiano Salvatore Garau, ha vendido una escultura invisible, denominada “Io sono” por 14.820 euros. La obra venía acompañada con un certificado de autenticidad en el que expresamente se indica que la misma debe situarse en una casa particular dentro de un espacio libre y de dimensiones aproximadas de 150 x 150 cm.

¿Cuál es el significado de la obra? Según el diario italiano Nova.news, entre otros, Grau afirma que: “el vacío no es más que un espacio lleno de energía, y aunque lo vaciemos y no quede nada, según el principio de incertidumbre de Heisenberg, esa nada tiene un peso. Por tanto, tiene energía que se condensa y se transforma en partículas, en definitiva, en nosotros. En el momento en que decida exponer una escultura inmaterial en un espacio determinado, ese espacio concentrará una determinada cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que desde mi solo título adoptará las más variadas formas».

Grau también dice que su obra no pretende ser irónica ni provocativa, lo contrario, el autor afirma que: “la ausencia de materia es un acto de amor hacia lo desconocido y el misterio al que recurre casi toda la humanidad. Nadie ha visto nunca a su Dios, pero no importa, la fe compone la imagen».

Dicho lo anterior, nos podemos preguntar si una obra invisible como la de Grau se puede proteger por medio de la Propiedad Intelectual.

En este sentido, cabe decir que las obras originales como las esculturas gozan de protección a través de los derechos de autor de forma automática desde que se crea la obra sin que sea necesario ningún tipo de formalidad como su registro. Así lo establece el artículo 10.1 LPI: “son objeto de propiedad intelectual todas las creaciones originales literarias, artísticas o científicas expresadas por cualquier medio o soporte, tangible o intangible, actualmente conocido o que se invente en el futuro” así como el art. 1 LPI que establece que la propiedad intelectual de dichas obras corresponde al autor por haberlas creado.

Angélica Suárez